martes, 27 de marzo de 2012

El último viaje de José Zorrilla

JOSÉ ZORRILLA EN SUS MOCEDADES. DE UN RETRATO QUE SE SUPONE HECHO POR EL PINTOR D. ANTONIO MARÍA ESQUIVEL. La Ilustración Española y Americana. 30/01/1893

Seas turista, inmigrante o nativo caerás en la cuenta de que Valladolid es un perpetuo homenaje a personajes que desarrollaron parte de sus vidas en la ciudad. Placas conmemorativas en vetustas moradas, bustos caricaturescos, figuras realistas que parecen acompañar nuestro paso en parques, plazas y jardines, calles con nombres de eminencias locales salpican de múltiples y sorprendentes biografías el casco histórico vallisoletano.

El peso histórico, algo de lo que se habla con soltura en los tiempos actuales, es una herencia que responde a criterios del siglo XIX. Las valoraciones y revisiones continuas a las que sometemos nuestro pasado más directo, van encaminadas a forjar la identidad y el carácter de la sociedad. Así, con la admiración y el reconocimiento profesado hacia el pasado, podemos identificarnos como pueblo siempre que recreemos la historia mediante hazañas bélicas, políticas, ideológicas, científicas, literarias o artísticas y nos fijemos en sus protagonistas que con sus artes y oficios, contribuyen a identificarnos con ellos y diferenciarnos de los demás.

Bajo esta premisa, Valladolid no puede estar más orgullosa de haber sido la ciudad donde nació don José Zorrilla. Dramaturgo y poeta de éxito a ambos lados del Atlántico, conocido por obras como Don Juan Tenorio o el Panegírico a la muerte de Larra, endeudado como marca la tradición pero disfrutando de las mieles de la fama, muere en 1893 en Madrid y es enterrado en el cementerio de San Justo tras un cortejo fúnebre espectacular por las calles de Madrid.

Tres años después, siguiendo los deseos del escritor, el cuerpo regresa a su ciudad natal para su descanso eterno. El revuelo que se organiza adquiere proporciones inimaginables hasta entonces en Valladolid. En la comitiva fúnebre no sólo participan los prohombres de la villa sino también el pueblo llano. Las clases, tan diferenciadas entonces, se entremezclan para rendir tributo al poeta. Las guirnaldas y las flores copan las calles, los desfiles y las bandas de música amenizan el recorrido del féretro en una carroza tirada por ocho caballos negros con dirección al Cementerio del Carmen.

Son muchos los corresponsales que escriben sus crónicas acerca de los funerales de José Zorrilla en Valladolid, lo cuentan con todo detalle en  sus diarios y los articulillos aparecen diseminados a lo largo y ancho del territorio patrio. Me he permitido reproducir en estas líneas gran parte de ellos en una nueva crónica, procurando ordenar los acontecimientos en sentido cronológico.

 2 y 3 de Mayo de 1896
 EN MADRID

Madrid. Conducción de los restos de Zorrilla a Valladolid. - La comitiva pasando por el Prado. Grabado, por Comba. La Ilustración Española y Americana. 08/05/1896

La exhumación del cadáver de Zorrilla, se hizo como estaba anunciado por la mañana en el patio de Santa Gertrudis del cementerio de San Justo.

La caja, a pesar de llevar tres años y tres meses en tierra, aparecía bastante bien conservada. El cadáver se hallaba muy descompuesto, atribuyéndose este hecho, en gran parte, á no haber sido embalsamado y á las muchas horas que estuvo expuesto al público después del fallecimiento. Se han borrado por completo los rasgos de aquella hermosa cabeza, distinguiéndose solo una masa informe, en la cual se precian algunos mechones de cabello y la perilla. La ropa que vestía el cadáver está bien conservada.

Desde el cementerio fueron conducidos los restos del ilustre poeta al museo Velasco, siendo depositados en una habitación del mismo, tapizada con colgaduras negras. En el salón principal estaban colocadas las coronas, entre las que más se distinguían por su belleza, la ce S. M. la reina, condesa de Guaqui, duquesa de Denia, Ayuntamientos de Valladolid, Valencia y Madrid, Diputación provincial de Valencia, la de la esposa de Zorrilla, Ateneo, Circulo de Bellas Artes, Asociación de la Prensa, Centro del ejército y de la Armada y muchísimas otras que fuera tarea larga mencionar.

La carroza monumental, construida expresamente para la conducción de los restos de Zorrilla, representa un catafalco con cuatro pebeteros a los lados. Delante, la figura de España sentada sobre un león llora la muerte de su poeta, cubriendo el rojo manto con un crespón. En la parte de detrás hay un busto de Zorrilla al que un ángel coloca una corona de laurel. Iba tirada por ocho caballos con gualdrapas negras.

Cerca de las cinco púsose en marcha la comitiva por el orden siguiente: Una sección de la guardia civil a caballo. Un heraldo á caballo con el pendón de Castilla. Clero parroquial con cruz alzada y después la carroza conduciendo los restos del ilustre vate. En representación del gobierno presidían el duelo los ministros de Marina, Guerra, Ultramar, Hacienda y Fomento, y en nombre de S.M. el duque de Sotomayor, el alcalde de Valladolid, Sr. Vaquero, y la comisión vallisoletana compuesta de los señores Alvarez Taladriz, Santaren, Zaranona, Cabas, Gamazo, Muro, Ferrari, Cano y Barreda.

Seguían en el cortejo representaciones de todas las Academias y sociedades científicas y literarias, comisiones del ejército y de la armada y todos los hombres distinguidos residentes en Madrid.
Numeroso público esperaba en la estación del Norte la llegada de la comitiva fúnebre, la cual llegó al sitio indicado á las 7 próximamente.

Los restos del poeta vallisoletano fueron trasladados á la sala de espera, donde se había erigido un pequeño catafalco. A causa de no haberse tenido en cuenta las dimensiones de los vagones al construirse la carroza, fue preciso quitar los candelabros, el ángel y el busto, y dividir en dos mitades la plataforma sobre la cual aquella había sido construida. El tren fúnebre, partió con una hora y veinte minutos de retraso.

EN VALLADOLID
Valladolid. Traslación de los restos de Zorrilla. - Paseo de la comitiva por el Campo Grande. Fotografía de los Sres. Viuda e Hijos de Fernández, de Valladolid. La Ilustración Española y Americana. 08/05/1896

Después de tener que arreglar varias veces la carroza que conducía los restos del inmortal poeta, porque aquella no podía pasar por los diversos túneles que había en la vía, llegó el tren á la estación de Valladolid cerca de las ocho de la mañana. En la Estación había muchos curiosos. Inmediatamente comenzó a armarse la carroza a la vista del público, resultando diferente que en Madrid.

El ministro de Gracia y Justicia ha sido recibido en la estación por un piquete de infantería con música. En el andén esperaban la llegada del tren, las autoridades y numerosísimo público.

Organizada la comitiva en el Campo Grande, rompióse la marcha, á las dos dé la tarde por entre las filas compactas de la multitud. En el kiosko, la música ejecutaba la marcha triunfal del maestro Llorente. 
Detrás del féretro iban los sres. Núñez de Arce, Gamazo, Muro, Ferrari, Cano y Arimón; las comisiones de militares, de la Audiencia, del cabildo y del claustro; los representantes de los periódicos madrileños y numerosísimo público, en el cual figuraba lo más distinguido de la sociedad vallisoletana.

Presidió el duelo el representante de su majestad la reina, señor duque de Sotomayor, el cual tenía a su derecha al general Moltó, y á la izquierda al cardenal Cascajares. Formaban también parte de la comitiva el ministro de Gracia y Justicia señor conde de Tejada de Valdosera, el obispo de Ávila, el gobernador civil, el alcalde y el presidente de la Audiencia. Las calles del tránsito estaban invadidas por inmenso gentío. Todos los balcones de las casas situadas en la carrera lucían magníficas colgaduras.

Abriendo paso iba un piquete de guardia civil y detrás un heraldo a caballo, detrás los niños de las escuelas públicas y privadas y dos músicas. Después de la carroza y de las comisiones iban tres landós y tres carrozas llenas de coronas, y por último, larguísima fila de coches particulares.

EN VALLADOLID. EN EL CEMENTERIO

La Guardia civil impedía a la multitud invadir el cementerio; sin embargo, penetraron en éste más de dos mil personas. El cadáver fue conducido á la fosa, en el lugar donde se construirá el panteón de vallisoletanos ilustres, artísticamente adornado con flores, semejando una hermosa corona rodeando a la sencillísima y artística losa de mármol.

Después de los responsos habló muy conmovido Nuñez de Arce. En sentidísimo discurso, de carácter marcadamente cristiano, dijo que Zorrilla es poeta del siglo; que es grande porque ha sabido adorar al Creador é interpretar los sentimientos de la patria. Después pronunció un discurso el señor Tejada Valdosera, diciendo que el Gobierno se asocia al homenaje al poeta y eleva una plegaria al cielo y un saludo á Valladolid. El alcalde Sr. Concellón pronunció algunas frases agradeciendo al Gobierno y a las comisiones, en nombre del pueblo de Valladolid.

Inmediatamente se colocó la primera piedra del panteón de vallisoletanos ilustres.*
 ---
Panteón de Vallisoletanos Ilustres. Fecha desconocida. AMVA: Asociación de Prensa. ONXZ 00238 - 002

* El Panteón de Vallisoletanos Ilustres se adjudica años después de la muerte de José Zorrilla. El escultor Aurelio Carretero, tras presentarse a concurso, lo construye entre 1898-1902. En este periodo, se traslada a José Zorrilla de forma provisional  a la sepultura de 1ª clase número 15 del cuadro 2, sólo hasta que se concluya el panteón.

José Zorrilla fue el primero que inauguró el Panteón de Vallisoletanos Ilustres del histórico cementerio del Carmen. Miguel Delibes, también un grande de las letras, es el último vecino que descansa junto a Zorrilla desde el año 2010.


Fuentes:
Biblioteca Virtual de Prensa Histórica
Las Baleares : diario republicano. 06/05/1896
El Isleño : periódico científico, industrial, cultural y literario. 06/05/1896
El Correo de Gerona : diario independiente de avisos y noticias ilustrado y defensor de los intereses morales y materiales de la provincia. 06/05/1896
Biblioteca Digital Hispánica - Biblioteca Nacional Española
La Correspondencia de España. 04/05/1896
AMVA. CH 359 - 44

Imágenes:
Biblioteca Digital Hispánica - Biblioteca Nacional de España
Retrato de José Zorrilla. La Ilustración Española y Americana. 30/01/1893
Grabado Comitiva Madrid.  La Ilustración Española y Americana.08/05/1896
Fotografía Comitiva Valladolid. La Ilustración Española y Americana. 08/05/1896
AMVA: Panteón de Vallisoletanos Ilustres. Fecha desconocida. Asociación de Prensa.  ONXZ 00238 - 002

domingo, 18 de marzo de 2012

La Gran Vía que nunca existió


Proyecto de apertura entre la Calle Platería hasta plaza de San Pablo. (No se efectuó) 1935-1936. AMVA: C. 1093-1


El casco histórico vallisoletano debe su origen a una estructura medieval urbana con calles sinuosas y estrechas, organizadas en torno a los ríos Pisuerga y Esgueva que atravesaba gran parte de la ciudad. Estos rasgos tan característicos son altamente incómodos cuando en el siglo XIX se experimenta un repunte demográfico provocado por el establecimiento del ferrocarril,  el despegue de nuevos negocios e industrias que exigen adecuar el espacio, como decían entonces, a los nuevos tiempos de la vida moderna.

Alentados por las ideas urbanísticas que Castro y Cerdá aplican en los ensanches de Madrid y Barcelona a últimos del siglo XIX, Valladolid y su incipiente burguesía desea emular tales planteamientos y, por supuesto, adoptar las mejoras necesarias en aras del progreso. Surgen edificios de recreo, casas burguesas, se unifica el criterio estético de las fachadas de las viviendas, se canaliza el agua creando pozos y alcantarillado que favorecen las condiciones higiénicas. Blandiendo como excusa el progreso, Valladolid ha sufrido en los últimos cien años varios planes urbanísticos que han deteriorado o destruido cantidades ingentes de patrimonio.

El comienzo de las obras en 1910 de la Gran Vía madrileña a semejanza de las existentes en otras grandes ciudades europeas marcó un hito que muchas capitales de provincia se lanzaron a imitar. Valladolid emprendió un proyecto de magnitudes faraónicas que afortunadamente jamás salió de los planos. En 1936, la Gran Vía vallisoletana quedó frustrada por el levantamiento militar.

Debido al estallido de la guerra la iglesia de la Vera Cruz sobrevivió a su destrucción. En julio de 1936, el Ayuntamiento había presupuestado las obras de la nueva avenida que pretendía unir la plaza de San Pablo con la Calle de la Platería en 1.214.000 pesetas. Esto suponía la destrucción de la Vera Cruz, un imponente edificio del siglo XVI que se salvó gracias al infortunio bélico.


Fuentes:
ARCHIVO MUNICIPAL DE VALLADOLID. Mi ciudad en los documentos. Valladolid siglo XX. Ayuntamiento de Valladolid, 2011.
Fotografías: Uso público.
Planos.  AMVA: C. 1093 - 1

 
Iglesia de la Vera Cruz. Siglo XVI. Valladolid. Uso Público.




domingo, 11 de marzo de 2012

Aprovechando que el Pisuerga pasa por... La Constitución de 1812

19 de marzo, día de San José,

Las Cortes de Cádiz, ahogadas por las tropas francesas en pleno conflicto, deciden proclamar en fecha tan señalada la primera constitución española. Liberales y absolutistas aúnan sus dialécticas con el deseo ferviente de modernizar el país.

Popularmente conocida como “la Pepa”, la Constitución de 1812 sienta las bases del cambio. Mantiene numerosas reminiscencias del Antiguo Régimen pero, a pesar de ello, compite en igualdad de condiciones con otros textos constitucionales. Sus pretensiones y planteamientos revolucionarios la sitúan en occidente en un puesto preferente a la altura de modelos como el de Estados Unidos de 1787 o de Francia, cuatro años después.

La influencia de Cádiz se deja ver en varios modelos europeos pero principalmente en los territorios americanos. A lo largo del siglo XIX, los procesos de emancipación respecto a la metrópoli se van sucediendo con carácter progresivo, nacen nuevos países que adoptan, en menor o mayor medida, los preceptos gaditanos.

La Constitución Política de la Monarquía Española Promulgada en Cádiz el 19 de Marzo de 1812 cumple el segundo centenario. En el primero, se procuró involucrar al máximo de poblaciones españolas mediante la Comisión del Centenario de 1812 del Sitio de Cádiz, una institución creada con el doble propósito de perpetuar en el tiempo los valores que sentaron las bases del Estado a pesar de los múltiples avatares políticos del siglo XIX y de gestionar las ayudas de todo el territorio para organizar los fastos del aniversario.

Para colaborar con tan noble empresa, el Ayuntamiento de Valladolid recibe una petición exaltadamente patriótica donde se insiste en la necesaria colaboración de todos para inmortalizar el Código de nuestras modernas libertades. Como previsión para que esté todo listo al llegar la efeméride señalada, la fecha del documento corresponde al 26 de febrero de 1910.
_________

AL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE VALLADOLID EXCMO. SR.

En la generosa y memorable épica lucha que durante un sexenio sostuvo nuestra nación contra las ambiciones del Coloso del siglo XIX, aparte de innumerables rasgos de heroísmo local y regional, se destaca como privativo del patrio esfuerzo, el sitio del último baluarte de la hispana defensa, en cuyo recinto se echaron los cimientos de nuestra reconstitución jurídica y se proclamó el Código de nuestras modernas libertades. Un siglo va a cumplirse de efeméride tan digna de remembranza eterna. Ciudades y pueblos han ido en esta primer centuria, coronas de laurel a sus héroes y monumentos conmemorativos a sus mártires; la nación entera se ha asociado a tan dignas muestras de tan patriótico sentir.

Mas el glorioso primer centenario que Cádiz pretende celebrar, no es el de una ciudad ni el de un pueblo, ni el de una región; es el de la nación entera, congregada dentro de sus muros, evocada para dar una suprema organización a su defensa, sabias leyes a su derecho de existencia y mantener las internacionales relaciones con los demás pueblos.

En este conjuro que en la isla gaditana hizo el primer Concejo de Regencia, después de disuelta la Suprema Junta Central Gubernativa del reino, a raíz del luctuoso desastre de Ocaña, respondió España entera.
Sabios eclesiásticos, juristas glorias del foro, altas dignidades de la milicia, ilustres escritores todo cuanto significaba y valía, aquí encontró el recinto sagrado desde donde se dictaron leyes, se acopiaron recursos y  se pudo hacer posible el dorado sueño de abatir para siempre las imperiales águilas.

Al Centenario de este grandioso hecho histórico nacional, debe también responder la nación entera.
Creada una Junta magna encargada de perpetuar los más salientes rasgos del sitio de erigir el MONUMENTO DE LA CONSTITUCIÓN DE 1812 y de crear el MUSEO ICONOGRÁFICO E HISTÓRICO de los sabios legisladores y caudillos de tan glorioso periodo, la cooperación económica para el logro de estas ideas, empresa es que ha de encontrar de seguro, fecunda coadyuvación en todo español digno y patriota.

Conociendo los altos móviles que inspiran los actos de esa Corporación la invitamos para que se digne cooperar a nuestra labor en la medida que su estado financiero pueda consentir.

Cádiz 26 de Febrero de 1910

El Presidente de la Cº. Magna          El Presidente de la Cº. Económica
El Secretario de la Cº. Magna           El Secretario de la Cº. Económica
__________

La invasión francesa. El retorno del absolutismo. La pérdida de las colonias americanas. Las guerras carlistas. Amadeo I de Saboya. La Primera República. La Restauración. La Generación del 98. El desgarro de España. El movimiento obrero. La otra opción: republicanos, comunistas, anarquistas, socialistas. 

El listado de conceptos citado responde a varios de los acontecimientos y problemas acaecidos a lo largo del siglo XIX. Sólo dentro de este contexto podemos entender el hondo sentimiento patriótico que inunda la solicitud.

¿Cómo responde el Ayuntamiento de Valladolid?

La Comisión de Gobierno analiza el contenido de la comunicación. Los que la conforman, alcanzan pronto un acuerdo con “la idea de conmemorar un grandioso hecho de nuestra historia patria con motivo de su centenario” porque “entiende que la Corporación municipal debe asociarse a este patriótico pensamiento en la medida que consienta el presupuesto vigente”.

Tras el enarbolado sentir patrio de los asistentes, el asunto es trasladado inmediatamente a la Comisión de Presupuestos asegurando que "al formar el [presupuesto] que ha de regir en dicho año, consigne en él, el crédito que considere oportuno a los fines que se indican en la presente comunicación de la Comisión del Centenario de la Constitución de 1812”.

El Monumento a la Constitución de 1812, situado en la Plaza de España en Cádiz (1912)
Arquitecto: Modesto López Otero
Escultor: Aniceto Marinas






Este año se cumple el bicentenario de la popular “Pepa”. Su importancia como texto constitucional es esencial porque, sin la existencia de esta Carta pionera en valores que hoy consideramos fundamentales en una sociedad avanzada, la historia de España habría tomado derroteros distintos. El año de 1812 supone un cambio radical de mentalidad. El pueblo empieza a ser responsable, comienza a forjar su propio destino, elige a sus representantes y por vez primera, el rey es limitado en sus funciones. El pueblo adquiere la condición de soberano.

La Constitución de Cádiz desapareció pronto y las aspiraciones ilusionantes de 1812 acabaron siendo cercenadas por el mismísimo Fernando VII, tras su regreso del cautiverio francés. Como rey constitucional, su primera medida fue derogar lo acordado en las Cortes de Cádiz durante la guerra. Apoyado por algunos diputados absolutistas y ciertos sectores del ejército, el monarca restauró el absolutismo más radical traicionando así el espíritu de “la Pepa”.

La Constitución gaditana no es perfecta, mantiene en su estructura demasiados elementos arcaicos que la entroncan directamente con el régimen absolutista. Sin embargo, hay que romper una lanza a favor de conceptos muy novedosos que aparecen reflejados en el texto constitucional. La igualdad entre ciudadanos, la creación de un mercado interno exento de fronteras, el sufragio universal – siempre planteado desde un punto de vista masculino hasta 1933 con la incorporación de la mujer – y la supresión de exenciones y privilegios en beneficio de los derechos individuales y colectivos, son deseos que tanto la sociedad española como latinoamericana han luchado por materializarlos durante los siglos siguientes.


Fuentes:
AMVA: C. 432 - 17 
Fotografías. Uso público

martes, 6 de marzo de 2012

Sólo para niños. El parque del Poniente

La primera entrada de este blog la dedico a una noticia que por curiosa, pasaremos a reproducir tal cual aparece recogida en el Boletín Municipal de Valladolid, a fecha de cuatro de junio de 1934.

El parque del Poniente
Ha quedado prohibido el estacionamiento de parejas en el parque infantil del Poniente. La orden, como se advertirá, tiende a evitar que en un parque destinado exclusivamente a los niños se presencien escenas que la Alcaldía se abstiene de juzgar en el orden moral, pero que, aunque se juzguen con amplitud de criterio, será forzoso reconocer que no pueden tener como marco un parque infantil ni por espectadores a unos adolescentes.
Cupido, que se ha permitido calificar de “absurda”, en un diario local, la antedicha prohibición, puede, por lo demás, buscar otro lugar más adecuado para sus legítimas expansiones. El parque del Poniente, por ahora, es solamente para los niños.



Este pequeño pulmón situado en pleno centro de Valladolid, a escasos metros del Ayuntamiento y del Monasterio de San Benito, ocupa el lugar del antiguo ramal Norte del Esgueva, río que durante siglos articuló el crecimiento urbano de Valladolid y que desemboca en el Pisuerga. Se soterró en 1863 para convertir el terreno en una explanada y posteriormente en un parque infantil.

Desde su inauguración a finales del siglo XIX, la preocupación por mantener el uso de este parque dedicado a los niños por parte de la Corporación Municipal ha sido intensa y todos los gobiernos, aunque pertenecieran a distintos regímenes, han velado por el esparcimiento de los más pequeños.
La noticia de la que nos hemos hecho eco, corresponde a un gobierno republicano socialista pero también podemos trasladar la misma motivación y preocupación al régimen posterior, la dictadura franquista, que bajo la excusa del escándalo público, los municipales propinaban sendas multas a las ingenuas parejas que solían “pelar la pava” bajo la generosa sombra de los árboles, corrompiendo así el uso infantil del parque del Poniente.

Durante las décadas de los ochenta y  noventa, el parque del Poniente se deterioró considerablemente. La maleza y la escasa iluminación lo transformaron en un lugar inseguro en pleno casco urbano. Por fortuna, a últimos de siglo se acometieron reformas de consideración y se intentó dotar al parque del carácter infantil perdido. Se desbrozó en parte, se colocaron columpios nuevos y, en las fiestas patronales, las sesiones de magia diarias hacen las delicias de los más pequeños.

Fuentes. 
Boletín Municipal de Valladolid. 4 de junio de 1934. Año II. Núm. 53
AMVA. Fotografías del Archivo. BA C 1-14/14; BA C 1-14/15

Parque infantil del Poniente con las estatuas de Pipo y Pipa. Década de 1930.
AMVA. BA C 1-14/14

Alumnos jugando en un tobogan del parque infantil del Poniente. Década de 1930.
AMVA. BA C 1-14/15